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viernes, 4 de junio de 2010

Bailes distintivos de Los sonajeros



Cuando son dos los músicos, uno lleva la “voz” primera y otro la “voz” segunda. Es usual encontrar que a un mismo son se le conoce con nombre distinto en diferentes lugares (aunque sea el mismo en cuanto al contenido melódico). Algunos de los más conocidos son: “El maíz negro”, “El sonajero”, “La culebra”, “El caracol”, “El ocho” o “La pozolera”, “La ola”, “Morisma”, “El monito”, “El remolino” o “Mar de cuatro vueltas”, etc., algunos otros denotan la referencia a una localidad, como “El zapotleco” o “La tuxpaneca”; también existen sones llamados “de contradanza”, como “San Antonio”, “La pájara pinta” y otros más, de este tipo, sin nombre. Se da el caso de músicos-piteros (quienes poseen la memoria de estos sones) quienes reúnen elementos melódicos de sones diferentes para crear uno nuevo, al que nombran de acuerdo con su particular gusto.
El vestuario está compuesto por el chaleco, ornamentado con flecos y orlas de listones, a semejanza del ichcahuipilli (cotón acolchado de algodón que protegía al guerrero en las batallas1) y calzonera de color oscuro, sostenida por el ceñidor; elementos con los que se reviste el sonajero, teniendo como base de la vestimenta, camisa de manga larga y pantalón de color blanco, adicionando a este último, en el extremo de cada pierna, una cenefa de color rojo, a la que se le da el nombre de “polvera”. Calza los tradicionales huaraches de orcaria o “de petatillo”, según su gusto o tradición en la cuadrilla.

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